sábado, 5 de octubre de 2013

Nombres.

- ¡Matilde!
Mierda. Habría reconocido esa voz en cualquier lugar. Escucho el sonido de una silla moverse enfrente de mi. Cierro el libro con fuerza y lo dejo sobre la mesa.
- ¿Qué quieres, Javier? Y habla bajo, por si no te has enterado estamos en la biblioteca.
- ¿Te he dicho ya que te pones preciosa cuando te enfadas?
- ¿Qué quieres? - digo con seriedad mirándolo fijamente.
- ¡Ah, sí! - susurra mientra busca algo en los bolsillos de la chaqueta. - Mira... He hecho una lista de los nombres que podemos poner a nuestros futuros hijos.
- ¿Desde cuando tú y yo vamos a tener hijos?
- Desde siempre. Once en concreto.
-¿Estás insinuando que voy a tener once hijos? - pregunto con rabia.
- Claro, para nuestro equipo de fútbol personal, querida.
- Nada de querida. Además, ¿en un equipo de fútbol no hay cinco jugadores?
- En fútbol sala si. Además, tiene que haber suplentes. ¿Qué pasaría si uno se lesionara?
- Escúchame, Javier - me enderezo en la silla. No estaba dispuesta a escuchar tonterías. - . No te voy a contestar porque no quiero armar ningún espectáculo aquí. Dime rápido tus estúpidos nombres, cuando antes terminemos antes te perderé de vista...
- Me ofendes... Venga, vamos allá. ¿Te gusta Juan? Le podríamos llamar Jhonny, en tono cariñoso.
- Estás de coña, ¿verdad? ¡Cómo voy a llamar a mi hijo Jhonny!
Tacha el primer nombre de la lista resignado.
- ¿Berta para una de las niñas? —pregunta con las cejas alzadas.
Niego con la cabeza, él sigue tachando.
- Iré un poco más rápido —dice moviendo el lápiz entre sus dedos.
- Por favor. - digo haciéndome una coleta que recoge mi cabello. Esto es desesperante... ¿Es que acaso no puede decir ni uno medio normal?
- Bien... ¿Roberto, Tomás, Maite, Agustín, Leonor?
- No quiero imaginar lo que estabas haciendo mientras escribías esos nombres - digo poniendo los ojos en blanco por unos instantes.
- Será mejor que no lo sepas - dice mientras guiña un ojo descaradamente para después tachar todos los nombres. - ¿Alfonso, Fernando, Lucía...? ¡Javier! ¡Al menos el primero se llamará Javier! - dice mirándome con ojos suplicantes.
Me acerco a él hasta quedar a centímetros de su rostro. Espero unos segundos. Su rostro es épico.
- No.
- Está bien. ¿Quieres guerra? Ahora mismo la tendrás. Y te restregaré por la cara que puedo elegir buenos nombres. ¿Lista? -pregunta con una ceja alzada y con una sonrisa.
- Lista - digo decidida.
- Miguel.
- Miguel - repito pensativa. Me gusta - . Miguel. Mi-guel. Miiii-guel.
- Te gusta. - dice con una expresión que expresa completo triunfo.
Veo que se levanta de la silla y guarda la lista en su bolsillo. Se gira lentamente para mirarme con una sonrisa.
- Bien, nuestro primer hijo se llamará Miguel. Ya pensaremos los de los demás.
Se acerca a mi oído y aparta un mechón de pelo que lo cubre.
- Por cierto, no me has negado lo de tener hijos. Ya sabes lo que quiere decir eso princesa. 

Pépita Pérez.
Victoria. 

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