jueves, 28 de noviembre de 2013

Un amour de jeunesse.

Los que ya me conocéis sabéis que tengo una gran debilidad por Mafalda. Me gustaría comenzar esta entrada con una viñeta en la que aparece Mafalda sentada en el regazo de su padre y le pregunta: “Soy toda oídos papito, ¿podrías explicarme por qué en vez de cambiar estructuras a todos les da por remendar armazones?” Si seguís leyendo entenderéis el por qué de esta introducción.
Son las tres de la mañana y tendría que estar durmiendo, o en su defecto peleándome con el capital social y la participación electoral, pero ni podría dormir ni tengo la cabeza para leer sobre el abstencionismo en Venezuela.
Esta tarde he visto Un amor de jeunesse (2011), de Mia Hansen Love, directora desconocida hasta el momento. Las críticas eran buenas, y me la habían recomendado fervientemente. Ignorando el “es dolorosa Marina, no se si te va a hacer bien que la veas ahora” me he lanzado a verla, y mi primera sensación ha sido de profunda decepción. La historia es preciosa, y de haber sido tratada de distinta manera, posiblemente me hubiera cortado las venas después de su visionado. Es tan fácil la identificación... Camille tiene 15 años y mantiene una ¿bonita? relación con Sullivan, un chico que en su afán de mantener la independencia y no atarse demasiado a su chica emprende con sus amigos un viaje a Latinoamérica. El destino les mantiene separados durante casi una decena de años, en los que ella, corazón triste, depresivo y solitario, encuentra de nuevo el amor - ¿es posible volver a amar una vez que ya has amado? - en un viejo profesor de arquitectura. Como toda historia de amor, se vuelven a encontrar para después entregarse a una vida ¿feliz? separados. La imagen del sombrero arrastrado por la corriente es bellísima.
Mi crítica es sencilla: no me he creído a los personajes. No he visto en ningún momento la química entre los protagonistas, como tampoco he visto la tensión sexual que la directora nos pretende hacer creer. Camille y Sullivan vagan ante la cámara, rozando la patética obsesión desenfrenada en algunos momentos. Y me da rabia, porque la historia podría haber dado para mucho más, pero con las actuaciones ya mencionadas la película se queda en tierra de nadie.
Aún así, y esto es lo que más me jode, me ha dejado hecha polvo. Duele, duele mucho. Tendré que seguir recomponiendo mi corazón.
Mezclar vivencias personales supongo que será inevitable en estos casos, pero el personaje de Sullivan me ha dado mucho asco. ¿Pero como se puede ser así de capullo?

Camille, j'ai encore revé avec toi cette nuit alors que j' ai dormé avec une autre. Tu attendait un enfant de moi. Et maintenent, comment je quitte cette image? Je te quitte parce que c'est trop tard, ou trop tôt pour recommencer. Parce que tu es loin de moi y je souffre dejà trop. Je te quitte parce que je ne sais pas comment vivre avec cet amour que je ne metrisse pas. Mais je sais que le liens que nous une est plus fort que le temp qui passe, et je te quitte avec l'espoir de te retrouver quelque jour, où nous serons plus libres, plus grands et plus dignes de notre amour”.

Y aquí encaja la viñeta de Mafalda, ese poner parches en el corto plazo en vez de tomar decisiones mucho más complicadas. Os juro que no entiendo nada, siempre serás mi mayor fracaso.

Pepita Pérez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario